
Niños caminando hacia la cámara de gas
La palabra GENOCIDIO fue creada por primera vez en 1944 por el jurista judío polaco Raphael Lemkin. Éste, utilizó dos elementos, el primero del griego: Genos, que significa raza, tribu o pueblo; el lengudo de los elementos provenía del latín: -cidio (del latín cidium, que a su vez es un derivado de caedere), que significa matar. Por lo tanto un GENOCIDIO es sencillamente Matar a un pueblo.
Lemkin acuñó dicho terminó en su libro Axis Rule in Occupied Europe (El Gobierno del Eje en la Europa Ocupada – 1944) para describir los horrores cometidos por los regímenes nazis y comunista contra los judíos y otros pueblos, incluidos homosexuales, deficientes, gitanos y otros, en la II Guerra Mundial. Su intención fue generar un término que pudiera describir un crimen nuevo y específico: la destrucción sistemática y deliberada de un pueblo o grupo humano, en cuya destrucción se buscasen además medidas para eliminar su cultura, su identidad y sus condiciones de vida.
En 1948, las Naciones Unidas, cuando se aprobó la Convención para la Prevención y la Sanción del delito de Genocidio, aceptó dicho término como un elemento significativo dentro del campo jurídico y moral, dentro del campo del derecho internacional.
A lo largo de la historia reciente, dicho término se ha aplicado en algunas ocasiones dentro del derecho penal internacional. El tribunal de Ruanda (TPIR) condenó específicamente «el genocidio» cometido en el caso Akayesu, en 1998. El Tribunal de Yugoslavia (TPIY) reconoció como genocidio lo ocurrido en Srebrenica, en 1995. Así mismo, desde 2002 el genocidio figura en el Estatuto de Roma como uno de los cuatro crímenes más graves: genocidio, crímenes de guerra, lesa humanidad y agresión. (1)
Hoy, llegado el día en el que parece que Hamás y el gobierno de Israel están a punto de firmar un acuerdo de «paz», que si no se descabeza a los terroristas, no será duradera, todos merecemos un descanso del tufo a nazismo que ha recorrido Europa en este último mes y que no ha salido precisamente de las cloacas de la ultraderecha menos moderada, sino de los demócratas que, lanzados en busca de votos no han tenido ningún pudor en abrazar ideales antisemitas y genocidas con la excusa de proteger al pueblo palestino (jordanos en su mayoría), que no les han interesado nunca.
¿PORQUÉ SE CONSIDERÓ UN GENOCIDIO LO OCURRIDO EN LA II GUERRA MUNDIAL CONTRA EL PUEBLO JUDIO? Y debido a dicho genocidio cuántos judíos dejaron de nacer.

Judío liberado de un campo de concentración
Prácticamente todas las fuentes consultadas hablan de una cifra de judíos exterminados, asesinados, en la II Guerra Mundial, que va en una horquilla de 5,5 millones a 6,6 millones de personas exterminadas. Hombres, mujeres y niños, en Europa, fueron gaseados, fusilados, asesinados, utilizados como cobayas por médicos sin escrúpulos, y cuantas barbaridades se les ocurrieron a los nazis, hasta conseguir su exterminio.
Desde la segunda gran guerra, han pasado, básicamente tres generaciones. Si no hubiera ocurrido el asesinato genocida de tanto judío, cuantos ciudadanos judíos tendríamos hoy en nuestras calles, aportando conocimientos, cultura o negocios, es decir aportando riqueza a una Europa que se va desmoronando por años.
La gran mayoría de judíos murieron entre 1941 y 1946, hace apenas, 80 años, en campos de concentración como Auschiwtz, Treblinca, Sobidor y otros. En función de dichos datos, he trabajado con algunos estadistas y los resultados son aterradores.
Cogiendo como base 6 millones de muertos, veamos hasta la fecha (2025) cuantas generaciones de judíos se vieron afectadas y cuantas personas dejaron de nacer.
SUPUESTO:
1.- 6 Millones de judíos fueron asesinados.
2.- Hemos asumido, según los datos estimados, que la mayoría eran jóvenes o adultos en edad reproductiva (niños incluidos) que habrían tenido hijos eventualmente.
3.- Se ha usado un modelo generacional:
– Una generación cada 25 años (Abuela, Madre, Hija).
– Cada pareja tendría, de promedio 2 hijos (una cantidad bastante conservadora, si tenemos en cuenta que solían tener más. E incluso en Europa Oriental solían ser mas grandes)
4.- Desde 1945 hasta 2025 han pasado 80 años, es decir, aproximadamente 3 generaciones.
CÁLCULO APROXIMADO:
Recordemos que partimos de 6 millones de personas que podrían tener hijos y que estadísticamente deberemos partir dicha cantidad por la mitad. Es decir trabajaremos con tres millones de parejas sanas. Y realizaremos una proyección en el tiempo.
1ª Generación 1 (1950-1975):
– Cada pareja tendría una media de dos hijos.
– 3 millones x 2 hijos no nacidos = 6 millones de judíos
2ª Generación 2 (1975-2000):
– 6 millones x 2 hijos = 12 millones de judíos.
3ª Generación 3 (2000-2025):
– 12 millones x 2 hijos = 24 millones de judíos.
En conclusión, los 6 millones de personas asesinadas a lo largo del siglo pasado y los 25 años de este siglo hubieran dado como resultado la existencia de, aproximadamente 42 millones de judíos en Europa.
La cifra, es solo una estimación teórica. No todos hubieran tenido dos hijos, incluso no todos hubieran tenido, aunque algunos hubieran engendrado bastantes más de dos, teniendo en cuenta a las familias más tradicionales y a los medios económicos de los que gozaban en general los judíos. Así mismo, no se ha considerado la mortalidad infantil, la cual en dichos colectivos no es excesiva.

En definitiva el Holocausto no sólo fue un genocidio contra tantos millones de personas individuales, sino también contra una amputación brutal de generaciones enteras que estaban por llegar en el futuro reciente. Lo que se perdió en vidas, historias, potencial, etc.; es incalculable. Es por ello, que antes de utilizar términos como Genocidio, de manera arbitraria en el conflicto que ya parece resolverse, sólo por conseguir un puñado de votos, la comunidad europea debería mirar donde se encuentra en estos momentos de resolución del conflicto: los líderes europeos verán la solución por la televisión, para eso han quedado sus diatribas.
Cuando se analizan los derechos humanos en las sociedades modernas, contemporáneas, casi nunca se piensa, en los no nacidos, sobre todo en conflictos donde de verdad se pretende exterminar a una determinada tribu, etnia o colectivo. Al final no es sólo la cantidad, sino la pérdida enorme del flujo de historia que se destruye. Nadie, dentro del colectivo judío, pretende exterminar al pueblo palestino, nadie. Pero la carta fundacional de Hamás redactada en 1988, se parece más al libro escrito por Hitler, por su declaración de intenciones concretas de acabar con el pueblo judío, que a un libro de texto orgánico e ideológico. Asumir dichos principios es favorecer a los terroristas, es estar contra los derechos humanos que pretendidamente se intentan defender. La historia, siempre la historia, acabará poniendo a cada uno en su sitio.
(1)Nota del autor. No he puesto datos de los dos genocidios posteriores al cometido contra el pueblo judío en la II Guerra Mundial, sencillamente porque están lo suficientemente documentados en internet como para ampliar este artículo. Baste decir que Europa agachó la cabeza en el genocidio de Srebrenica al inicio de los 90, donde un colectivo de musulmanes fue brutalmente agredido debido a ideas delirantes promovidas por psiquiatras serbios, en un afán por borrar del mapa a dicho grupo, en el corazón de lo que consideraban su territorio histórico en Europa. Tampoco voy a adentrarme ahora en el error de comparar lo ocurrido en Gaza, fue un genocidio, sino una guerra que lleva dándose en esa zona entre Israel y otras tribus palestinas contra un movimiento terrorista que en su carta fundacional en 1988 decidió que iba a exterminar al pueblo judío. El 7-Ocubre de 2023, Hamás inició, lo que pensó sería un acto de genocidio contra el pueblo judío, al pensar, como así se le garantizó que Irán, Qatar, etc., le secundarían. Los judíos han mantenido una guerra donde más de un 30% de los fallecidos han sido terroristas de Hamás, no soldados, y donde sus familiares muertos, incluidas las mujeres y los niños han sido vilmente utilizados como escudos humanos, así como los rehenes judíos. Pero esa es otra historia que quizá acometa en el futuro.



