Para nuestra coexistencia positiva y constructiva en un mundo de naciones y comunidades diversas, la paz es una piedra angular. La paz verdadera y duradera es fruto de la justicia. El núcleo de la justicia se basa en el respeto de los derechos humanos fundamentales. El más central de estos derechos es la libertad de religión o de creencias (FoRB). ¿Por qué? Porque es una prueba de fuego para todos los demás derechos. Cuando éste se respeta, otros derechos y libertades también tienen la posibilidad de ser respetados. Y viceversa. La FoRB tiene una dimensión pública y privada; se trata de vidas de individuos y comunidades por igual. La FoRB abarca varias formas: culto, práctica, observancia, enseñanza… Si se viola la FoRB, lo mismo ocurre con otros derechos y libertades. El crimen de los crímenes es un genocidio, que viene después de la intolerancia, la discriminación y la persecución. En muchas regiones del mundo las minorías religiosas o étnicas sufren. Nueve de cada diez genocidios en la historia mundial estuvieron dirigidos contra minorías religiosas o se basaron en identidades religiosas.
FoRB es la expresión y medida más profunda de la libertad personal. Está definida por el derecho internacional como libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Esta es la expresión trina de la racionalidad, la moralidad y la espiritualidad humanas: la religiosidad. Si se ignora esta libertad interna más profunda, entonces se irrespetan aún más las libertades externas posteriores: por ejemplo, la libertad de opinión, expresión, medios de comunicación, asociación, reunión, propiedad… La democracia y el bienestar de las personas comienzan aquí. La autocracia o el totalitarismo comienzan con el abuso de la libertad de pensamiento para todos.
Debido a la unidad indivisible y la importancia de la racionalidad, la moral y la espiritualidad de todos, existe un nexo profundo y fuerte entre la FoRB y la dignidad humana. Y la dignidad es el principio fundamental de los derechos humanos. La dignidad es un hecho del que se derivan nuestros derechos y deberes.
Hoy en día, la agenda de los derechos humanos está secuestrada por diversos grupos que representan ideologías, extremismo violento o relativismo ético. También tendemos a olvidar o descuidar nuestros deberes humanos hacia el otro y hacia la sociedad.
Para hacer nuestra era más humana, debemos volver al significado original de los documentos, principios y definiciones clave sobre este tema.
1) Existe un vínculo fuerte y profundo entre la dignidad humana de todos y la libertad de religión o de creencias (FoRB) para todos
A continuación se presentan cuatro fuentes básicas que articulan la prioridad de la dignidad humana: dos documentos seculares y dos documentos inspirados en la fe:
a) Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
Preámbulo: “Considerando que el reconocimiento de laLa dignidad inherente y los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana es el fundamento de la libertad, la justicia y la paz en el mundo…
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Están dotados de razón y conciencia y deben comportarse unos con otros con espíritu de hermandad”.
b) La Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000)
Reconoce la dignidad como primer valor fundacional de la Unión y la respeta y protege en el artículo 1 del Capítulo 1.
c) Declaración del Concilio Vaticano II sobre la libertad religiosa”Dignitatis humanae” (1965)
“El Concilio… declara que el derecho a la libertad religiosa tiene su fundamento en la dignidad misma de la persona humana.“
d) La Declaración de Marrakech sobre los derechos de las minorías religiosas en tierras de mayoría musulmana (2016)
“Dios otorgó dignidad a todos los seres humanos independientemente de su raza, color, idioma o creencia… Esta dignidad requiere que a los seres humanos se les conceda libertad de elección. … Todas las personas –independientemente de sus diferentes naturalezas, sociedades y visiones del mundo– comparten los lazos de hermandad y hermandad en la humanidad”.
2. El respeto a la dignidad humana es un punto de encuentro entre humanistas religiosos y laicos
La convergencia de diferentes tradiciones y conceptos conduce de un terreno común a un bien común. La tradición bíblica judeocristiana afirma que la humanidad es creada a semejanza e imagen de Dios. La fe cristiana proclama que Dios se hizo hombre y elevó a los humanos para convertirlos en herederos del cielo. karama (en árabe) en el Islam tiene raíces coránicas, cuando se pide a los ángeles que se inclinen ante Adán, el primer hombre.
La dignidad es el valor más elevado que posee cada persona y, por lo tanto, trasciende todo el mundo material. Cada ser humano es una persona: un ser único con dimensiones intelectuales, espirituales y materiales. Sólo una persona puede tener derechos y deberes. Una persona es siempre un sujeto con razón, conciencia y libertad.
3. Los derechos no pueden funcionar sin deberes
La dignidad de cada persona representa un equilibrio e interdependencia de derechos y deberes, libertad y responsabilidad. La libertad sin responsabilidad no puede prosperar. Mi dignidad es un llamado a mis deberes: como padre, esposo, vecino, ciudadano. Por tanto, debemos promover la conciencia y el respeto activo de los deberes humanos. Una cultura de la dignidad humana reúne dos antiguas reglas éticas.
La Regla de Plata: “Lo que no deseas que te hagan a ti, no se lo hagas a los demás”. Ésta es la base de la justicia, la reciprocidad, la tolerancia y la igualdad de trato. Y la regla de oro: “Haz a los demás como te gustaría que te hicieran a ti”. Es fuente de compasión, aceptación, solidaridad, caridad y amor.
4) La igualdad de ciudadanía como fruto de igual dignidad
La igualdad de dignidad como principio moral tiene una implicación sociopolítica: Ciudadanos iguales, justos, inclusivos y dignos.pag. En dignidad somos TODOS IGUALES. En identidad somos TODOS DIFERENTES (gente del pasado, presencia, futuro). Esto no es un problema; este es el principio de la creatividad (en oposición a la copia o clonación).
5) La dignidad es el mejor tema para aprender a vivir juntos, no simplemente a existir juntos.
La razón y la fe, la ciencia y la religión en la búsqueda de la verdad, trabajando por el bien común de las personas, pueden impulsar nuestra civilización. La dignidad es un proceso de aprendizaje diario a través del cual descubrimos lo que significa ser humano en cada situación. Es la mejor lección permanente sobre derechos, responsabilidades y reciprocidad.
El respeto de la dignidad de todos y la promoción de la dignidad para todos es el mejor camino hacia una paz duradera y una vida digna en nuestros tiempos.
Cuando defendemos la FoRB para todos, al mismo tiempo es necesario recordar la otra cara de la misma moneda: la responsabilidad de las comunidades y líderes religiosos de promover la dignidad de todos y buscar activamente la responsabilidad compartida de vivir juntos en paz, seguridad y desarrollo compartido en un mundo que es cada vez más diverso, pero uno. Nuestra libertad y vida digna no pueden sobrevivir sin nuestra responsabilidad.
Jan Figel, iEs el presidente de FOREF EUROPE, ex comisario de la UE, el primer enviado especial para FoRB fuera de la UE. Inició la Declaración sobre la Dignidad Humana para Todos y en Todas Partes www.dignidadparatodos.org
Jeque Al Mahfoudh bin BayyahSecretario General del Foro para la Paz de Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos
Publicado originalmente en The European Times



