El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) condenaron el ataque al convoy humanitario conjunto y recordaron a la comunidad internacional que según la ley humanitaria, la ayuda debe poder moverse de manera segura.
«Los convoyes de ayuda deben estar protegidos y las partes tienen la obligación de permitir y facilitar el paso rápido y sin obstáculos de alivio humanitario para los civiles necesitados», dijeron las dos agencias en una declaración conjunta.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric reiteró este sentimiento, diciendo que las Naciones Unidas condena este «horrendo ataque en los términos más fuertes posibles».
Ataque ‘devastador’
Los cinco trabajadores humanitarios asesinados eran contratistas sudaneses que trabajaban para el PMA y UNICEF.
El convoy había viajado a más de 1,800 kilómetros de la ciudad de Port Sudán, ubicada en la costa del Mar Rojo, que ha soportado los ataques de drones en curso.
Los 15 camiones llevaban suministros nutricionales vitales al Norte de Darfur, una región en la que cientos de miles de personas desplazadas internamente tienen un alto riesgo de desnutrición y inanición.
Las agencias señalaron que todas las partes en el suelo habían sido notificadas sobre el convoy y sus movimientos.
«Estaban a 80 kilómetros de El Fasher, estacionados al costado del camino, esperando autorización, y fueron atacados», dijo Dujarric.
Este habría sido el primer convoy en llegar a El Fasher en más de un año. En abril, la ciudad y el cercano campo de desplazamiento de Zamzam fueron atacados, desplazando a cientos de miles, muchos de los cuales ya habían sido desplazados.
El ataque al convoy se produce en medio de un conflicto de dos años que ha devastado a Sudán, desplazando a más de nueve millones de personas. La hambruna se ha declarado en múltiples lugares, incluso en El Fasher, y muchas más regiones permanecen en riesgo.
Ataques más amplios a la ayuda
El ataque al convoy se produce en medio de otros ataques contra operaciones humanitarias e infraestructura civil e civil en Sudán.
La semana pasada, las instalaciones del PMA en El Fasher fueron bombardeadas y dañadas y un hospital internacional en Al Obeid también experimentó una huelga de drones mortal.
La infraestructura civil en todo el país continúa siendo atacada, incluida la infraestructura de electricidad en Jartum. El daño de esta infraestructura en la capital ha empeorado un brote de cólera ya extendido en la ciudad.
El PMA y UNICEF reiteraron que los ataques contra actividades humanitarias y personal son inaceptables y deben detenerse de inmediato.
«Los ataques contra el personal humanitario, la ayuda, las operaciones, así como los civiles e infraestructura civil en Sudán, han continuado durante demasiado tiempo con impunidad», dijeron.
Europa Hoy Noticias