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Miles de niños desaparecidos y secuestrados en Corea del Sur entre 1960 y el año 2000

Cuando un niño desaparece en una sociedad, aunque sea tribal, se produce un dolor inimaginable entre quienes forman parte de su círculo familiar íntimo.

La BBC, en sus noticiarios, el pasado 5 de abril informó sobre uno de esos casos, que provocan el encogimiento del alma. Shin Kyung-ha, fue separada de su familia en 1975 en Corea del Sur. Ella, desapareció con 6 años, de su hogar familiar en la ciudad de Cheongiu, en la provincia surcoreana de Chungcheongbuk-do. Pocos días después, Shin Kyung-ha fue adoptada por una familia norteamericana de Virginia.

Su madre, Han Tae-soon, ha buscado durante más de 40 años a su hija, sin ayuda oficial. Aunque en 2019, por fin, y gracias a una organización que realiza pruebas de ADN y conecta a personas susceptibles de ser familia, llamada 325Kamra, la encontró. Y aunque, lo que podría preverse como un encuentro cordial entre madre e hija, después de los años, se convirtió en una reunión fría, llena de reproches. A Shin Kyung-ha, desde aquellos primeros años de su vida, siempre le dijeron que su madre la había abandonado. Una técnica que genera desafección, sobre todo en un niño pequeño, hacia lo que en realidad sería su propia historia. Por ello, cuando se produjo el encuentro entre ellas Han, la madre, se encontró en principio, con un muro donde la desafección fue moneda de cambio.

En unas declaraciones realizadas en aquel momento a la cadena BBC News Corea, Han Tae-soon fue tajante “¿Por qué robarías a la hija de otra persona y la enviarías a Estados Unidos? Mi hija creía que la habían abandonado, sin saber que su madre la había buscado toda la vida. Mi salud está destrozada por haberla buscado durante 44 años, pero ¿quién me ha pedido disculpas por esos años? Nadie”. 

Existe en Corea del Sur una entidad independiente, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Corea del Sur, que en un informe publicado hace unos meses, afirmaba claramente que muchos de los niños enviados como adoptables a países como Estados Unidos, Dinamarca o Suecia, en las tres décadas que van desde 1960 a 1990, sufrieron violaciones de derechos humanos.

Cientos de familias en Corea del Sur, han perdido a alguno de los hijos, sin que nadie, jamás les haya dado explicaciones sobre dicho tema. Al profundo dolor se une, además, la clara violación política de sus derechos, sobre todo al negarle las instituciones el más mínimo apoyo en dicho asunto. ¿Quién les va a resarcir mínimamente del dolor moral, emocional, que la ausencia de un hijo provoca?

Hasta la fecha, ningún cargo policial ha dimitido de su puesto, ninguna sentencia judicial ha motivado una cascada de ayudas para las víctimas, que en este caso no son sólo los hijos secuestrados, sino también los familiares. ¿Qué se ha hecho en Estados Unidos, Dinamarca, Suecia, entre otros países, para garantizar que las adopciones que se producen son realmente de niños huérfanos o en situación de abandono manifiesto? Quienes firmaron la salida de un país o la entrada en otro, e alguno de esto menores, deberían ser interrogados y puestos a disposición judicial para que aclarasen los tramites de dicha adopción.

¿Se beneficiaron altos cargos del gobierno coreano, en aquellos años, del oscuro negocio que se esconde detrás de las adopciones internacionales? 

Hoy día, se han ido creando organismos gubernamentales y entidades independiente que tratan de poner coto a un negocio que se enquistó en una época en la sociedad coreana. Sin duda, cuando se profundiza en el fondo y en la forma de las adopciones realizadas a nivel internacional en aquellos años, se puede sacar la idea de la existencia de una mafia que controlaría todo lo relacionado con este tema. Y aunque poco a poco se intenta, desde los organismos oficiales, ir facilitando los encuentros entre familiares coreanos y sus hijos adoptados en el extranjero, da la sensación de que no se desea llegar hasta el fondo del asunto.

Ser crítico con un tema tan complejo y doloroso es una necesidad permanente. No debemos creer que lo sucedido en Corea del Sur sea un tema local. Y la pregunta final debería ser si las adopciones ¿son un negocio a nivel mundial?  

Bibliografía:

https://www.bbc.com/mundo/articles/c2015pd1gwyo.amp

Gabriel Carrión López
Gabriel Carrión López
Gabriel Carrión López: Jumilla, Murcia, 1962. Escritor, guionista y realizador. Ha trabajado como periodista de investigación desde 1985 en prensa, radio y televisión. Ha publicado dos libros sobre la banda terrorista ETA. Colabora con medios de prensa libre y es conferenciante sobre temas diversos.
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